La plantilla de TCC se ha concentrado esta mañana de lunes ante la MCP para denunciar el aumento de agresiones físicas y verbales a conductores.
Los trabajadores del Transporte Urbano Comarcal (TCC), más concretamente de villavesas de Pamplona, se han concentrado esta mañana frente al edificio de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. El acto tenía como propósito denunciar la situación que están viviendo en los últimos meses, en los que ha crecido de forma considerable el número de agresiones físicas y verbales a los conductores de los autobuses de la ciudad.
Con el pretexto de la última agresión a uno de sus compañeros, ocurrida el pasado 4 de mayo, los trabajadores han tenido conocimiento ya de 7 casos durante este 2016 en los que un conductor ha recibido algún tipo de agresión física o verbal.
Medio centenar de empleados han solicitado de forma clara a la MCP que se instalen cámaras de vigilancia en las villavesas, así como mamparas de seguridad. Con esta petición, el presidente del comité de la empresa, Alberto Iribarren Narváez, ha explicado que estos elementos son especialmente necesarios cuando una agresión se produce "en marcha", puesto que es entonces cuando se pone en peligro al conductor y a todos los ocupantes del autobús, incluidos los peatones.
Así, y mediante una pancarta con el título "No más agresiones villavesas", tanto el presidente del comité como el secretario, Juan Antonio Aludo, han detallado que actualmente sólo 30 de los 120 autobuses de la flota de villavesas de Pamplona cuentan actualmente con cámaras de vídeo.
También han explicado que no existen líneas ni recorridos concretos donde se produzcan más agresiones que en otros, pero que sí son más frecuentes en horarios nocturnos. "Se ven más a conductoras, mujeres, y a compañeros extranjeros", han terminado.
