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SUCESOS

Las últimas palabras de Madina en la red: "Estoy aprendiendo a vivir y disfrutar de la gente"

Un mes antes de sufrir el fatal accidente en la playa, el corredor guipuzcoano había sobrevivido a una aparatosa cogida en Tudela.

Momento previo a la cogida sufrida por Julen Madina ante uno de los toros de Las Monjas en el encierro de Tudela. Fuente: http://www.julenmadina-sanfermin.com
Momento previo a la cogida sufrida por Julen Madina ante uno de los toros de Las Monjas en el encierro de Tudela. Fuente: www.julenmadina-sanfermin.com

"Ante algo como una cogida sólo queda una vía de actuación: reaccionar, que es una mezcla de supervivencia, instinto, conocimiento, experiencia; en mi caso, estar vivo, salir airoso dominando la situación". Éste es el último mensaje, de superación y esperanza, que compartió en su web personal el mítico corredor de encierros Julen Madina, fallecido este martes tras cinco días en coma después de un fatal accidente en la playa de la Zurriola en San Sebastián.

Madina escribía estas palabras a raíz del último susto que tuvo con un toro en el primer encierro de las fiestas más recientes de Tudela. “Novato, que así se llamaba el toro de las Monjas, estaba parado a la entrada del callejón”, contaba el guipuzcoano en su relato de la cogida, “me sitúe cerca del albero, pensando en el peligro que llevaba y así tener tiempo de esquivar una más que posible arrancada”.

“LE RECORTÉ HACIA DENTRO Y ME REFUGIÉ, SI NO ME MATA”

“Se arrancó y corrí hacia el lado derecho, a cortar hacia el vallado. Instintivamente me estaba tirando al suelo, pero ahí me cogió”. Madina estuvo a merced del toro durante unos segundos, pero logró evitar la cornada. “El impacto fue brutal, me quede sin respiración y, además, con la pata trasera izquierda, me golpeó en la cara cortándome la ceja derecha”.

“De frente, detrás de la cortina de sangre y sudor, vi al toro que se volvía a arrancar”, relataba el corredor. “Tuve los reflejos de recortarle hacia dentro y refugiarme en tablas. Si no lo hago, me mata”.

Precisamente esta cogida tuvo lugar en el primer encierro de las fiestas de Tudela el 25 de julio de 2016. Un mes después, el destino le tenía reservado una dificultad insalvable: un golpe en la cabeza que le dejaba inconsciente en el mar y ante el cual no pudieron hacer nada ni el propio corredor vasco ni los facultativos sanitarios que le rescataron en la playa y los que le atendieron después en el Hospital Universitario Donostia.

ESQUIVANDO A LA MUERTE

El mítico corredor de encierros ya había sorteado la muerte previamente. Como las cinco cornadas que le propinó un Jandilla en el encierro del 12 de julio de 2004. "Afortunadamente salí bien de aquello", confesó entonces Madina, "y aún estando en el hospital sabía que al año siguiente correría, que un toro no me iba a sacar de las calles".

Madina se retiró finalmente de los encierros en el año 2011, aunque volvió alguna vez más al adoquinado de Pamplona. No ha sido hasta estos últimos Sanfermines de 2016 cuando el que fuera profesor de judo y ahora empresario ha visto realmente los toros desde la barrera: “La verdad que tenía una gran incertidumbre; no correr era arrancarme una parte fundamental de mis emociones”.

EL ADIÓS DEFINITIVO A LA ESTAFETA

Así resumía sus impresiones sobre los primeros Sanfermines alejado del encierro, si es que alguna vez Madina se mantuvo realmente ajeno a su gran pasión. “No sabía cómo me iba a encontrar, si iba a ser capaz de no angustiarme. Os he de decir que yo mismo estoy sorprendido: he disfrutado, me he emocionado, he compartido, he vivido las fiestas”, escribía Madina a sus seguidores.

El vasco, que en 2011 había tenido a su hija Aisha, se ha refugiado en sus seres queridos para afrontar la que era su despedida definitiva de las carreras por la Estafeta. “Todos los días me tenía que decir a mí mismo el porqué había tomado la decisión de no correr. Os digo que he sufrido sin poder correr… pero he comenzado a disfrutar de las carreras de mis amigos, a emocionarme a través de ellos, a compartir sus carreras, en definitiva a vivir de otra manera los Sanfermines”.

Madina se ha ido cuando acababa de empezar una nueva etapa. Se lo ha llevado una fatídica ola de la Zurriola cuando, como él mismo escribía hace unas semanas, estaba aprendiendo a vivir: “Estoy aprendiendo a vivir y disfrutar de la gente, de la amistad de todos estos amigos que vienen de muy lejos y que merecen mucho la pena”.


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