• jueves, 28 de marzo de 2024
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Llaves y gafas de sol

Por Juan Iribas

¿No te ha pasado alguna vez que has estado buscando las llaves de casa en todos los bolsillos, en algún que otro cajón, encima de cualquier mesa o en un bolso hasta que te has dado cuenta de que las tenías en la mano? ¿Y con las gafas de sol? Sí, exactamente lo mismo; las llevabas puestas en la cabeza.

A veces nos volvemos locos tratando de localizar algo que tenemos a un milímetro de cada uno de nosotros. Y lo mismo ocurre con la felicidad. Sí, he escrito felicidad, no Felicidad. Creo que esta palabra no existe con letra mayúscula, pero con minúscula, sí, y la tenemos al alcance de la mano. Uno puede ser feliz yendo a ver Truman, la película en la que lo bordan Ricardo Darín, Javier Cámara y un perro de raza bullmastiff; leyendo de qué trata el último libro de su autor favorito; o pasando un buen rato con alguien a quien no veía hace demasiado tiempo.

No es cuestión de pretender la Luna, dar la vuelta al mundo sin escalas en globo o querer levantarse una mañana rubio, con los ojos azules y medir uno noventa. Recuerda que la carroza se convierte en calabaza hasta en el cuento…

En el itinerario de lo cotidiano es donde hemos de buscar –y encontrar- la felicidad. No hace falta ahora, que comienza el año 2016, pretender aprender mil idiomas, ponerse en forma y coleccionar tropecientos fascículos a la vez. Hay que ponerse retos alcanzables donde uno encuentre aquello que le provoque una media sonrisa, que a veces se vuelva risa floja.

Mi felicidad favorita es la improvisada, la que te sorprende sin buscarla, aquella con la que te das de bruces como encadenar tres canciones que te encantan en la radio del coche, que te sorprenda un billete de cinco euros en el bolsillo de la cazadora que menos te pones o coincidir en un tren con viejos amigos.

Ya sabes, antes de volverte loco buscando las gafas de sol o las llaves de casa, mira bien, no vaya a ser que las tengas al alcance de tu mano. Como la felicidad.

Pues eso, feliz 2016.

Ideación de Llaves y gafas de sol

Con esto del cambio de año uno dice para sí: ¿qué le pido al año 2016? La respuesta es clara: felicidad. Eso sí, con minúscula.

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Llaves y gafas de sol