He leído con atención la información sobre el Comité Regional del PSN-PSOE en forma de mitin, que se celebró el pasado sábado. Mientras leía la intervención de María Chivite pensé que por fin los socialistas navarros iban en la buena dirección al decir que “ser adversario político no quiere ser enemigo”. Eso lo hemos practicado siempre todos los que en 1977 sellamos el pacto para la reconciliación nacional y en 1978 fuimos capaces de alumbrar la Constitución de la libertad y la concordia, Y en cuanto a Navarra sacamos adelante el Amejoramiento, que por primera vez en nuestra historia democratizó las instituciones forales y devolvió la titularidad del Fuero al pueblo navarro. Los enemigos sólo eran quienes querían eliminarnos del mapa para imponer su proyecto independentista que les daba licencia para matar.
Pero al final María Chivite patinó. Los enemigos siguen estando ahí. Pero esta vez ya no son los asesinos etarras, sino la extrema derecha y derecha. Los socialistas de hoy consideran enemigos a los que hasta hace bien poco eran sus adversarios. Y han convertido en socios y amigos a los que no hace mucho eran sus enemigos. Gobiernan con ellos y gracias a ellos y quieren que los demás comulguemos con ruedas de molino dándoles patente de demócratas. La prueba está en cómo aceptaron de forma sumisa la decisión del líder carismático de entregar el Ayuntamiento de Pamplona a los que, como Bildu, ni siquiera condenan el asesinato del concejal Tomás Caballero, un gran luchador sindicalista durante la Dictadura, que tuvo lugar el 6 de mayo de 1998. Un grupo de malnacidos le quitó la vida quizás por orden de quienes estaban al frente de ETA y hoy son socios privilegiados de Pedro Sánchez como de María Chivite.
La presidenta nos exige que tengamos “respeto y lealtad constitucional”. Y esto lo dice quien se comprometió solemnemente a no pactar con Bildu., aunque ya sabemos que para los socialistas traicionar al electorado es un simple cambio de opinión. ¿Quién habló de erigir un muro para aislar a los populares? A Cerdán le ofende sobremanera que le llamen “traidor”. Le ocurrió hace unos días en la calle lo que le ha obligado a llevar escolta policial. Quizás no haya caído en cuenta que traicionar es quebrantar la fidelidad o lealtad que se debe guardar en este caso a la Constitución y a los electores.
En cuanto a la presidenta Chivite resulta inaplazable que informe a la ciudadanía cuál es la postura de los socialistas respecto al contenido de la reforma del Amejoramiento y si está dispuesta a mantener el consenso alcanzado en 1982 que fue votado favorablemente por los dos tercios del Parlamento foral. No deja de ser paradójico que los más interesados en la reforma sean los mismos que votaron en contra del Amejoramiento.
La charlotada (dícese de actuación pública colectiva, grotesca o ridícula) del Comité Regional corrió a cargo de Santos Cerdán, nuestro diputado estrella, mano derecha de Sánchez para controlar el partido y recordar que quien se mueva no sale en la foto. Se presentó como víctima, al mismo nivel que Begoña Gómez, esposa de Sánchez, e hizo un alegato encendido contra la maléfica conjunción de Vox y el PP, que convierten la política en un fango lanzando bulos y noticias falsas. Tienen en el punto de mira a jueces que consideran afines al PP, así como a periodistas y medios de comunicación que son un peligro para nuestra democracia. Todo esto recuerda al franquismo, cuya política de información era la misma, salvo que la verdad estaba del lado del régimen. Es el modelo Chávez-Maduro en Venezuela. Privar de voz a la oposición es imprescindible para mantener una dictadura que chapotea en el fango de la corrupción y ha sumido al país en la miseria, salvo para los amigos del régimen.
Cerdán acusó al PP de “no respetar el resultado de las urnas”. Y es que “llegaron tarde a la democracia”. He aquí otra gran noticia falsa. El PP aglutina en su seno a un gran número de militantes de UCD, el partido del presidente Suárez, que fue determinante de la transición a la democracia. En las elecciones de 2003 Suárez apoyó públicamente al PP. Por otra parte, Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular, que se refundó en 1989 dando lugar al nuevo Partido Popular, fue ponente de la Constitución, votó a favor de la misma y AP acordó votar sí en el referéndum de 1978. Pues bien, llegó al mismo tiempo que el PSOE, que desde su fundación y hasta 1979, mantuvo en su programa la dictadura del proletariado para lograr una sociedad socialista mediante la Revolución Social.
Por eso, resultó esperpéntico ver cantar la Internacional, puño en alto y con ardor guerrero, a los dirigentes del PSOE aquello de “Arriba los pobres del mundo, en pie los esclavos sin pan… Cambiemos al mundo de base hundiendo al imperio burgués… El día en que el triunfo alcancemos, ni esclavos ni dueños habrá… La tierra será el paraíso, patria de la humanidad. Agrupémonos todos en la lucha final”. ¿La lucha final? La democracia solo tiene un final cuando se acaba con ella.
En muchas ocasiones, los bulos se han convertido en realidad punible al ser investigados por la Justicia. Recordemos, por ejemplo, que los “canallas” que visten toga con puñetas en la judicatura condenaron a quienes en su día habían formado parte de la cúpula del PSOE tanto nacional como andaluza por malversar y/o prevaricar en el uso 700 millones de euros destinados a los ERE y, por tanto, a indemnizar a trabajadores en paro. La investigación judicial se llevó a cabo después de que el diario El Mundo, el mismo que informó hace unos días que Cerdán se había comprado un piso en Madrid sin que hasta el momento haya realizado ninguna acción judicial en defensa de su honor, publicó el 27 de diciembre de 2010 que la Junta de Andalucía llevaba diez años pagando prejubilaciones de forma ilegal. Si echamos la vista atrás en Navarra, nos toparemos con bulos que acabaron siendo verdad, con cuentas del Partido Socialista en Suiza, como demostró la Justicia. ¿También eran “canallas” con puñetas?
En su insólita “carta a la ciudadanía” Sánchez anunció su retiraba durante cinco días para hacer ejercicios espirituales en la Moncloa, junto a su esposa, con el fin de reflexionar si merecía la pena seguir en la presidencia a la vista de una “operación de acoso por tierra, mar y aire” organizada por el PP contra Begoña con la finalidad de dañarle a él. No insulto a nadie si digo que todo fue una farsa. Sánchez no ha dudado en informar a todo el planeta tierra que a su esposa le acusan de presunta corrupción por tráfico de influencias para presentarse como víctima de una maniobra urdida por el PP. Celebro que Sánchez también lo esté de la suya. Pero de lo que se trata es de saber si todo cuanto dicen los supuestos bulos es verdad, “Como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia”. Solo faltaba. Pero empiezan mal porque no es cierto que Begoña se haya defendido. La defensa, otra gran anomalía, la ha asumido la propia Moncloa como si se tratara de un asunto de Estado. Pero han tenido que reconocer que la esposa del Presidente se dedica a los negocios. Aunque no haya ley que lo impida, es una incompatibilidad ética. Si hay delito o no lo determinará la Justicia.
Por último, el malabarismo de Sánchez convierte en apabullantes victorias electorales sus famélicos resultados en las elecciones generales que le obliga a pactar al precio que sea con los que cantan la Internacional en serio y los que no ocultan que su objetivo es la independencia. Cerdán no encontrará en este artículo ningún insulto ni ningún bulo ni ninguna noticia falsa. Seguramente, si Umberto Eco, el escritor italiano que cita Sánchez en su carta, viviera para analizar la situación española, diría que, al día de hoy, la “máquina del fango” no está en Génova sino en Ferraz.
