• domingo, 28 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

La mano de Irulegui extiende su dedo corazón

Por Javier Ancín

"El problema con la arqueología aberchándal es que no tiene una motivación científica, el conocimiento por el conocimiento, sino un fin político: hay que encontrar todo lo que el sistema ideológico salido que la cabecita demente de Arana diseñó, pasarlo del humo a lo concreto".

La mano de Irulegui.
La mano de Irulegui.

Vaya por dios... otro fiasco de la arqueología aberchándal. ¿Cuántos llevan ya? La mano esa que nos anunciaron que rompía los paradigmas establecidos de blablablá, un hito histórico, un hallazgo revolucionario para el pueblo vasco y su conciencia como pueblo vasco, y nada menos que en Navarra, ojo, en la ansiada Navarra, se diluye.

Ha salido un artículo en la ultraderechista y españolista -debe de ser, por las leches que le han pegado ya desde el aberchandalato- publicación científica que lleva por nombre Fontes Linguae Vasconum, la revista sobre lingüística y filología vasca que publica el Gobierno de Navarra desde 1969, en la que su director concluye, después de analizar unos cuentos artículos técnicos sobre el tema, que toda esa hipótesis que nos vendió Aranzadi no encuentra respaldo en ninguno de sus autores.

El leguaje es más académico, claro, porque es muy duro decir de un colega que es o un inútil o un mentiroso. Concretamente dice esto: En este momento no podemos saber si el texto de la Mano de Irulegi está escrito en una lengua que es antecesora directa del euskera actual o en una lengua que pudo tener relación genética con el euskera actual, que formara parte de la misma familia y que después se hubiera extendido; o que directamente se trata de una lengua que no tiene parentesco directo con el euskera.

Es decir, que de un grupo de expertos en esa lengua que se reunieron en Vitoria hace un año para analizar el tema, ninguno con sus conocimientos sobre esa lengua que se supone son muy amplios, da la menor verosimilitud a lo que nos contó Aranzadi.

Es demoledor eso de que por ser, podría ser hasta otra lengua que nada tenga que ver con el euskera. Estamos hablando de expertos en euskera, repito, intelectuales, no políticos, siempre más cautos, es decir, que si hubiera algún indicio, algo a lo que agarrarse, algo que se pudiera intuir aunque no se pudiera demostrar hoy, no habrían sido tan duros incluyendo esa última frase.

El problema con la arqueología aberchándal es que no tiene una motivación científica, el conocimiento por el conocimiento, sino un fin político: hay que encontrar todo lo que el sistema ideológico salido que la cabecita demente de Arana diseñó, pasarlo del humo a lo concreto. Es decir, hay que encajar aunque sea a golpetazos todas las piezas para que el sueño homogenizador, buscar lo puro, lo ideal, lo que pueda ser replicado hoy, sea una realidad que justifique todo el proyecto político presente de un pueblo, una lengua y una nación.

Esas sociedades idílicas solo existen en los parques de atracciones y en los cómics como el de Asterix, sueño húmedo naif de todo aberchándal que se precie. Nosotros somos los galos, puros, completamente definidos, bien dibujados, cada uno con su función social y su nombre, en su aldea... somos los buenos, y los otros, la masa, lo inconcreto que lucha para destruir nuestra pureza, los malvados romanos con sus legionarios anónimos.

Cada vez que voy a Pasajes a meterme una mariscada en casa Cámara paso por delante de un mural con esa iconografía y sería divertido, por infantil, si no fuera siniestro todo lo que se ha liado alrededor de esa fórmula decimonónica, el nacionalismo que destruyó Europa dos veces en en el siglo XX, de ver la historia.

¿Por que mola Navarra? Porque su historia es todo menos homogénea, es decir, es real, viva. Tiene de todo. No puedes sistematizarla, no puedes decir, Navarra es así y punto porque Navarra nunca ha sido así y punto. Los últimos tres siglos de reino fue gobernado por dinastías francesas, por ejemplo, ¿cómo casa con la cosmovisión que tiene un aberchándal de la pureza de un reino que es de todo menos puro?

No puede, por eso tiene que inventárselo, por eso tiene que forzar todas las piezas, como el niño que intenta meter el cilindro por la ranura del cuadrado. Por eso tiene que pintar murales imitando el cómic de Asterix, porque no entiende que lo que persigue que le demuestre la ciencia arqueológica es una quimera.

¿Como es Pamplona hoy, alguien se atreve a definirla como un bloque? ¿Si fueras un arqueólogo del futuro y vinieras aquí a meterle paladas al estrato podrías decir que había una población homogénea en el 2024? Si eres honesto, no, obviamente. Pues en cualquier periodo de la historia, que es lo que pretenden, tampoco. Y eso es todo.


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La mano de Irulegui extiende su dedo corazón