• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:26

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

El órdago de Sánchez

Por Julia Navarro

Pedro Sánchez es un tipo duro. Mucho más de lo que lo son sus adversarios dentro y fuera de su propio partido. También es correoso y desde luego su ambición no deja lugar a dudas.

Así que pese a que desde que es secretario general el PSOE va cuesta abajo él está decidido a no moverse de su despacho de Ferraz y para ello viene apelando a la militancia ante quienes se presenta como el David que tiene luchar contra Goliat que en este caso son todos los "barones" que le cuestionan.

Eso sí, Sánchez ha decidido ignorar que su gran problema no son los "barones" de su partido sino simple y llanamente que los ciudadanos no confían en él lo suficiente y en todas las convocatorias electorales se lo están diciendo alto y claro a lo que él hace oídos sordos sin asumir su responsabilidad..

Pero ya digo que es un tipo duro de los que no se rinden de manera que ante los resultados desastrosos obtenidos por el PSOE en Galicia y el País Vasco ha decidido echar un órdago a su propio partido.

Pero vayamos por partes. En la rueda de prensa post electoral con total desparpajo y sin despeinarse dijo que Mariano Rajoy está empeñado en no leer adecuadamente los resultados de las urnas.

O sea lo mismo que él porque es evidente que tiene su cuota parte de responsabilidad en el desastre en el País Vasco y Galicia cuyo resultado le deberían de hacer por lo menos plantearse que está haciendo mal. Pero Sánchez es mucho Sánchez así que como digo ha echado un órdago a los "barones" con insulto incluido.

Las palabras significan lo que significan y así Pedro Sánchez ha dejado dicho que en el PSOE hay dos posiciones la de quienes están dispuestos a "subordinarse" al PP permitiéndole con la abstención que gobierne y quienes como él jamás lo harán. Un insulto en toda la regla contra los barones que vienen planteando que 85 diputados no se puede gobernar.

Sánchez se presenta a sí mismo como "puro" mientras que los demás están dispuestos a "subordinarse" al PP. Golpe bajo donde los haya del secretario general a sus compañeros de partido además de una grave irresponsabilidad. Y es que Pedro Sánchez está convirtiendo poco menos que en pecado mortal cualquier política que no sea lo que él quiere, que sobre todo es seguir en el puesto de mando del PSOE.

No conforme con el insulto además ha preparado una trampa de osos para el comité federal apelando a que la militancia se pronuncie en un congreso sobre el devenir del PSOE, pero eso sí, antes primarias para elegir secretario general con lo cual ya estaría condicionando el devenir de ese congreso. En realidad Sánchez quiere salvarse a sí mismo y le echa reaños.

Lo cierto es que hasta ahora Pedro Sánchez les va ganando por la mano a sus opositores que no demuestran tener ni su valor ni su osadía y seguramente su ambición.

Eso sí Sánchez ha puesto boca arriba todas sus cartas: está dispuesto a pactar no solo con Podemos sino con los partidos independentistas, según él para evitar unas terceras elecciones. O sea que está dispuesto a formar el Gobierno Frankestein en mi opinión no solo para evitar las terceras elecciones, también para salvarse a sí mismo.

Les confieso que siento una profunda pena ante todo lo que está pasando en el PSOE, a lo que sus dirigentes están haciendo a este centenario partido.

Es verdad que Pedro Sánchez ha contado con una fuerte oposición interna desde el minuto uno en que fue elegido secretario general pero también es verdad que no ha sabido contar ni con un equipo ni con un proyecto capaz de suscitar la confianza de los ciudadanos. La prueba del nueve es que el PSOE va perdiendo votos elección tras elección pero sorprendentemente Pedro Sánchez elude cualquier autocrítica y responsabilidad. En realidad hace debería de haber dimitido en las últimas elecciones generales cuando dejó a su partido con 85 escaños.

Me parece que Pedro Sánchez ha iniciado una huida hacia delante para intentar vencer a sus adversarios internos y con sus métodos torticeros puede conseguirlo. Eso sí, quienes se le oponen tienen la obligación de dejar de esconderse y dar la cara. O son valientes o que le dejen dirigir el partido. Otra cosa es que va a quedar del PSOE después de Sánchez.


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