• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Victoria Lafora comenzó su carrera profesional en Diario 16 y participo como jefa de nacional en la salida de Telemadrid,

Guerra abierta

Por Victoria Lafora

La ambigüedad pos electoral de Pedro Sánchez, esa que le llevó a decir que "no es no" a Rajoy pero también que no habría terceras elecciones, tenía una razón en clave interna del PSOE que, al despejarse, ha propiciado la guerra abierta entre el secretario general y los dirigentes regionales.

Ahora se comprende que no podía expresar de forma abierta su deseo de volver a postularse como presidente del Gobierno, fracasado su intento con Ciudadanos. Porque los posible aliados de hoy, y con solo ochenta y cinco escaños, resultaban inaceptables para el "otro poder" dentro del PSOE.

Posiblemente, también intolerables para muchos de los votantes que le dieron su apoyo para evitar el "sorpasso" de Podemos y la desintegración de una siglas que tanto han contribuido a la consolidación de las libertades y el progreso social.

En una penúltima jugada de póker -todavía queda la carta de una consulta a la militancia-, pretendía convocar un Congreso en octubre con el país sin Gobierno. Y ahí sí, ahí han dicho basta. Con buen criterio, porque encaminados como estamos a una tercera cita con las urnas, ¿cómo va a explicar el PSOE que su función consiste en velar por los ciudadanos si anteponen de forma tan contundente los intereses de partido a los problemas de la sociedad?

Una cosa es la negativa a permitir un gobierno de Rajoy, que no ve problema en los casos Soria y Rita Barbera, y otra descubrir que llevamos casi un año con el ejecutivo en funciones por las peleas internas del PSOE y los intentos a la desesperada de Sánchez por sobrevivir al mando.

En cuanto a los pretendidos pactos de la izquierda, la realidad parece hacerlos más imposibles cada día. A la negativa de los "barones" se suma la guerra interna, también por esta cuestión, de Podemos.

Precisamente la batalla interna entre Errejón y Pablo Iglesias tiene mucho que ver, al margen de la pugna por el poder, con las diferentes visiones de la relación con los socialistas.

Mientras Iglesias quiere una relación de igual a igual, con reparto de carteras, su segundo sería más partidario de dar una oportunidad al PSOE de intentarlo en solitario y preservarse como alternativa para el futuro.

Si, además, añadimos que Esquerra Republicana ya ha dicho que sin compromiso de referéndum no cuenten con ellos, Ciudadanos no quiere ni oír hablar del tema y los diputados de Convergencia caben en una bicicleta, la alternativa a Rajoy con la que soñara Sánchez, y a la que se opone el sector crítico de su partido, es una quimera.

Por lo tanto, todo hace pensar que en Navidad, o días antes, volveremos a las urnas. Queda por saber si, como reclama una gran parte de la sociedad y reflejan en las encuesta, los dos principales partidos mantienen a Sánchez y Rajoy como cabezas de lista. De momento el primero lo tiene más complicado ante la guerra sin cuartel que se avecina.


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