Después de la brillante ante el Valencia gracias a un fútbol alegre, brillante y arrollador por momentos, a Osasuna ya le sobran puntos para la permanencia.
Muy superior Osasuna al Elche, de principio a fin. Todo partido de fútbol puede torcerse en cualquier acción desgraciada, pero el de los rojillos ante los ilicitanos, ni por ésas.
Arrasate mandó jugar a sus hombres, y éstos demostraron que saben hacerlo. Demostraron que a veces la mejor defensa es crear peligro arriba. Así sorprendieron a Unai Emery, que pensaba hacerse con los tres puntos sin perder la gomina.
En este tipo de derrotas suelen abundar titulares de “con la cabeza alta”, “merecieron más” o “el marcador no hace justicia”. Tan gastados están que apelar a ellos en esta ocasión parece más un tópico que una realidad.
El entrenador del Fútbol Club Barcelona ha reconocido la necesidad de hacer cambios por la presión a la que les ha sometido Osasuna, que no les dejaba controlar el partido.
Ni con el peso de dos goles en contra bajó Osasuna la intensidad, pero el gesto de los jugadores no escondía la previsibilidad de perder ante un rival muy superior.
El choque de trenes de dos equipos parecidos alumbró un partido físico, poco brillante, intenso, al ritmo del corazón y la necesidad, con tantas ganas como miedo. Al final, esta vez funcionaron los cambios y Osasuna sumó tres vidas.
El presidente rojillo ha reconocido los fallos del equipo para estar mal en la clasificación, pero ha enumerado todos los errores del VAR ante los rojillos.
No importa tanto el hecho de que Osasuna no llegara a entre los tres palos de Joel durante todo el partido tanto como la sensación de agotamiento que mostró el equipo, caído ya a los puestos de descenso.
Osasuna solo tiró una vez a puerta, en el penalti del gol de la victoria. El resto del partido se dedicó a defender, afortunadamente ante un equipo, el Bilbao, que no supo atacar. Así salvó el Club la fecha que ha elegido para celebrar su centenario.
Recibe en Tudela este martes a las 21 horas a Levante en busca de los tres primeros puntos de la temporada en un partido que se disputará a puerta cerrada.
Un zapatazo de Facundo Roncaglia rompió la igualdad del choque de trenes en el centro del campo, en un partido con pocas ocasiones y que Osasuna apuntaló el cansancio rival
Los dos equipos jugaron a lo mismo en la primera parte, pero los de Bordalás supieron dar un paso adelante después, mientras los de Arrasate carecieron de plan B.
En el Ramón de Carranza lee, hasta quien no quiere, que “quien está contra el Cádiz, está contra la humanidad”. Pues, eso. Osasuna, ganó merecidamente “contra la humanidad”